Ozzy Osbourne conoció en persona a Axl Rose y lo llenó de elogios

El pasado sábado 5 de julio en Villa Park, Birmingham, se vivió un momento histórico para el metal en el marco del último show en vivo de Black Sabbath. Allí, Axl Rose y Ozzy Osbourne se conocieron personalmente por primera vez. Esto se dio en el marco de una velada monumental que reunió a íconos del metal y el hard rock en una despedida a la altura del legado de la banda pionera del género.

El show, que marcó la última presentación de los miembros originales de Sabbath (Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward), contó con un lineup de lujo encabezado por Metallica, Slayer, Pantera, Alice In Chains, Tool, Gojira, Guns N’ Roses y más.

Guns N’ Roses ofreció una presentación en homenaje a Sabbath con versiones de "It’s Alright", "Never Say Die", "Junior’s Eyes" y "Sabbath Bloody Sabbath". Además, su participación originó un momento inesperado: el primer encuentro entre Rose y Osbourne, que hasta ahora nunca se habían cruzado en persona.

Ozzy compartió una foto del backstage con Axl y lo describió como una "leyenda" y "un caballero absoluto". "A mi edad no se conocen muchas leyendas por primera vez", escribió el vocalista de Black Sabbath en sus redes, visiblemente emocionado por el momento.

Por su parte, Rose también compartió sus sensaciones tras el evento: "¡Wow! ¡Qué evento! Realmente abrumador. Fue muy emotivo para todos”, publicó en X. "¡Conocí a Ozzy! (¡Increíble que nunca nos hubiéramos cruzado antes!). Fue genial. Fue un honor conocer a Sabbath”, agregó.

 
El cantante de Guns N' Roses también destacó el valor del show como símbolo de superación personal. Hizo referencia a los problemas de salud que Ozzy enfrentó en los últimos años -incluidas varias cirugías y su lucha contra el Parkinson-, y subrayó que "fue difícil para cualquiera ver sus luchas, pero al mismo tiempo todos lo apoyaban y respetaban profundamente los desafíos que enfrentó… ¡Y LO LOGRÓ!”.

Un festival histórico
La jornada del Back To The Beginning se constituyó en un festival de tributos cruzados y colaboraciones memorables: desde un drum-off protagonizado por Danny Carey (Tool), Travis Barker (Blink-182) y Chad Smith (RHCP), hasta supergrupos liderados por Steven Tyler, Ronnie Wood y Yungblud interpretando clásicos de Led Zeppelin y Black Sabbath.

 
En uno de los momentos más íntimos y emocionantes de la jornada, Osbourne apareció solo -o casi- al frente del escenario, sentado en un trono negro adornado con un murciélago gigante. "Estuve postrado seis años, no tienen idea de lo que esto significa para mí", dijo el vocalista ante una multitud que lo ovacionaba.

Acompañado por su inseparable guitarrista Zakk Wylde, Ozzy repasó cinco de sus temas solistas más emblemáticos, entre ellos "I Don’t Know", "Crazy Train" y una versión emotiva de "Mama I'm Coming Home", demostrando que su voz -a pesar de los problemas de salud que tuvo- sigue intacta.

 
La jornada culminó con el momento más esperado. Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward -la formación original de Black Sabbath- se reunió una vez más para cerrar el círculo perfecto. Abrieron con “War Pigs”, siguieron con “N.I.B.” y “Iron Man” y finalmente hicieron estallar el estadio con una versión apoteósica de “Paranoid”.

Fue breve, contundente y, sin lugar a dudas, uno de esos momentos bisagra en la historia del metal. No solo por la despedida de una de sus bandas más emblemáticas y pioneras, sino por la intensidad, la emoción y la suma de instantes inolvidables que atravesaron la jornada histórica.