Se pudre la comida en los galpones de “Capital Humano”, mientras a 100 metros las familias pasan hambre

Nunca hicieron nada por nadie, tienen dos depósitos llenos con más de 4 millones de kilos de alimentos en Villa Martelli y Tafí Viejo, mientras dejan a seres humanos, niños, madres y abuelos sin comida. Figura en el pedido de informes adjunto y lo reconoció Adorni.

Sociedad23/05/2024TELEDIARIO.COM.ARTELEDIARIO.COM.AR
Sandra Viviana Pettovello y  Manuel Adorni.
Sandra Viviana Pettovello y Manuel Adorni.

Estos reverendos hijos de puta que nunca hicieron nada por nadie tienen dos depósitos llenos con más de 4 millones de kilos de alimentos en Villa Martelli y Tafí Viejo mientras dejan a seres humanos, niños, madres y abuelos sin comida. Figura en el pedido de informes adjunto y lo reconoció Adorni.

Tienen la caradurez de acusarnos a todos nosotros, sin distinción, a todos los que luchamos en las barriadas excluidas desde hace décadas, de acusarnos de ladrones con auditorías truchas mientras se roban un país entero, mientras le roban a los viejos, a los laburantes, a las familias sin pan, a los comedores de las escuelas, mientras tienen la comida encanutada.

Pero antes de hacer cualquier comentario, antes de cualquier idiotez que te venga a la mente sobre mí, sobre nosotros, hacete esta pregunta ¿hay gente que pasa hambre hoy en Argentina? ¿hay gente que no comió hoy? Si la respuesta es sí -y objetivamente lo es-, no importa que seamos feos, sucios y malos: el Estado es responsable, doblemente si tiene los medios para hacerlo.

Eso sí nos debe llenar de vergüenza y nos sumerge en la indignidad a todos, sobre todo porque hay plata de un presupuesto subejecutado y hay comida en esos dos depósitos del Estado. Si somos todos chorros en los movimientos sociales, metanlos presos, estoy esperando con los brazos adelante las esposas que son una corona…¡pero dénle a la gente de comer!

Sí, vengan a buscar las llaves de todos los comedores y cocinen ustedes en las villas y las barriadas, ustedes gobernantes gente de mierda, hipócrita y mentirosa. Entreguen una tarjeta de alimentos a cada cocinera y auditen hasta el último diente de ajo. Lleven los paquetes que tienen encanutados en los galpones y quédense a contar uno por uno cuántos gramos de polenta recibe cada persona. Repartan food-stamps como en EEUU, repartan vouchers de alimentos. Hagan el protocolo anti-indigencia y cumplanlo hasta que cese el crimen del hambre. Pero hagan algo ustedes, si no les gustan nuestras ollas, denles ustedes de comer. Por ahí de paso aprenden algo de la vida y se les ablanda el corazón y la cara de piedra que tienen. Mentirosos, egoístas, cagadores-. Algunos deberían estar dos días sin comer para que vean lo que es pasar hambre.

A los jueces que intervienen en la causa contra Pettovello y el amparo contra el Ministerio de Capital Humano. El juez Sebastián Casanello y la fiscal Paloma Ochoa en el primer caso… apurense un poco porque hay pruebas contundentes y no vimos todavía allanamientos ni inspecciones. A Walter Lara Correa, contencioso administrativo, supuesto defensor de los derechos sociales: a ver si se ponen las pelotas y dejan de temblar para tomar una decisión concreta, “porque sin justicia no hay paz” (Francisco) y ustedes deberían ser la Justicia.

Presentamos la ampliación de la denuncia penal con la información nueva que nos suministró Ari Lijalad del Destape e intimamos al Ministerio de Capital Humano a distribuir los alimentos que tiene pudriéndose en los galpones de Villa Martelli a 200 metros de las ollas vacías del barrio Las Flores (Julio Argentino Roca 4851, Vicente Lopez) y en Tafí Viejo en Independencia y Costela a 120 metros de los tuppers vacíos del Barrio La Saenz Peña. No puede pasar un día más. También presentamos en el Contencioso Administrativo las pruebas de que hay alimentos mientras la gente pasa hambre.

Lo que tienen pudriéndose en los galpones, insisto, que lo repartan como se les cante las pelotas -con la Cruz Roja, los Bomberos, la Iglesia- pero tener comida acumulada con gente pasando hambre es un doble crimen, repugnante ante Dios y los hombres, un crimen que ustedes jueces están dejando impune, prevaricando de su función, dejando a la gente indefensa y obligándola a actuar por mano propia. Les pido perdón si están haciendo conscientemente su trabajo, pero entiendan la urgencia porque cuando el poder y los medios los aprietan, ahí se apuran. No sean cobardes ni indiferentes.

A los trastornados que en vez de ver el bosque miran todo el tiempo el arbusto: no nos vengan a romper los huevos con que cuando estaba Alberto Fernandez no hicimos nada, porque es mentira pero aunque no lo fuera tampoco justifica la inacción de estos mierda. Cuando estaba Fernandez dijimos, hicimos, denunciamos, movilizamos, más que cualquier libertario-sicario que venía a tirar polenta en vez de poner una olla, cuando venían a amenazar de muerte en vez de pedir por la gente. Nosotros logramos poco, pero logramos bonos para las personas en situación de indigencia, logramos que la comida llegue a todo el país y otras cosas buenas para el pueblo que obviamente a ustedes no les interesan más que para ensuciarlas proyectando la roña que les cubre el alma. Sí la cosa estaba mal, estaba para el orto, pero la comida se conseguía.

Preguntenle al fiscal Stornelli si peleamos, el fiscal que nos imputó por sedición por decir que estábamos dispuestos a dejar nuestra sangre para que coman los pobres… mientras las patotas libertarias que nos querían “muertos, presos o exiliados”, que nos ofrecían “cárcel o bala”, que nos amenazaban con poner bombas en las manifestaciones quedaron impunes. No entienden estos fiscales la diferencia entre estar dispuesto a dar la propia vida y tomar la vida ajena.

Las denuncias en contra nuestra de entonces se cayeron, como se van a caer todas las mentiras que dicen para idiotizar a la gente con el odio, para generar desconfianza contra todo lo que sea solidaridad, para imponer su cultura del descarte y sobre todo para distraerla de los verdaderos problemas. No van a hacer que nos avergoncemos de lo mejor que hemos hecho: estar junto a los de abajo mientras ustedes le chupan las bolas a los de arriba. No nos van a arrojar a la autopreservación y a la defensiva, porque prefiero mil veces que haya 50 sinvergüenzas en los comedores haciendo porquerías a que haya millones de personas sin comida. No pueden pagar millones por cincuenta.

Todo lo que estoy diciendo no lo se yo solo. Lo saben muchos que callan o hablan de otra cosa. A ver si esas ONG y la gente respetable que antes de Milei se quejaba tanto de todo, que además cantaban loas por la urbanización de los barrios cuando recibía premios internacionales, de la economía popular cuando no había escandaletes, del trabajo sociocomunitario en la pandemia, de la violencia de género cuando estaba de moda mientras niñas y mujeres son las mayores víctimas de lo que está sucediendo… a ver si salen de debajo de la mesa y se ponen con nosotros a reclamar por algo tan simple como el pan en cada mesa. No se preocupen tanto por el qué dirán, preocupense más por el que dirán en el cielo o por lo que les va a reclamar su conciencia.

Si estoy diciendo mentira, diganlo. Si mis palabras son verdad, díganlo también.

A ver si los señoritos y señoritas de la prensa que se indignan con el dedo levantado por cuatro sinvergüenzas reales o imaginarios que se robaron comida y planes, se empiezan a indignar por los millones de pibes sin comer y las miles de cocineras con la olla vacía. Acusen nos, difamen nos, pero preguntense: ¿hay gente que pasa hambre? ¿el gobierno está actuando correctamente? ¿no hay opciones para abordar esta emergencia?

A ver si los políticos opositores, semi opositores, semi oficialistas, dejan de boludear por lo menos un ratito con idioteces que no le importan a nadie, a rosquear prebendas a cambio de entrega, a sostener lo insostenible, jugar a la guerra de fotos… y se ponen del lado de los que se quedaron sin nada.

Para nosotros, si el hambre es ley, la desobediencia es justicia.

Esta es la gota que rebasa el vaso. Basta de miedo a esta pandilla de miserables. Basta de medias tintas.

Le declararon la guerra a los pobres, a luchar de frente o caer con las botas puestas. Nunca lastimamos a nadie ni lo vamos a hacer, pero acá hay mucha gente que no se va a dejar amedrentar mientras la comida se pudre y la gente no come.

Si fracasamos, al menos dejemos testimonio, con las lecciones del satyagraha, del padre Mugica, de nuestros mártires Maxi y Dario, dejar testimonio que no nos entregamos cuando los verdugos estaban en la cresta de la ola, cuando era mejor estar bajo el agua con el periscopio para cuidar la imagen mientras las ollas están vacías.

Aunque hace tiempo no me corresponde la coordinación del Movimiento de Trabajadores Excluidos porque creí -sigo creyendo, aún repugnado por lo que veo- que podía aportar en “política” a mejorar la situación que ya era mala y ahora es catastrófica, esto para mí, para mis compañeros de toda la vida, pasó el límite de lo tolerable.

Hemos decidido con mis compañeros y compañeras de lucha de más de veinte años que hasta que se garantice el alimento para todo el que se necesita, la prioridad sobre cualquier discusión política, ideológica, geoestratégica, doctrinaria o la pindonga, la prioridad es afrontar esta causa humanitaria, que es pre-ideológica, pre-política. Es la comida. Es el pan. Mi tarea hoy, con lo poco que pueda aportar, es estar con los que luchan por ésto y nada más hasta que se garantice simple y sencillamente el pan a quien lo necesita…

No funcionaron los argumentos, ni el griterío, ni los medios, ni los juzgados, ni las filas del hambre, ni la sensibilización social. No funcionó el diálogo porque directamente no hay diálogo. No alcanzan las donaciones que obviamente vamos a seguir pidiendo, pero la dimensión de la crisis requiere una política pública nacional masiva. Podemos ayudar a algunos, pero no llegamos ni a cubrir la mitad. La demanda creció y la asistencia desapareció.

Gobernantes del mal gobierno, sordos, indiferentes, pregúntense hasta dónde quieren tirar la cuerda y haganse cargo de las consecuencias. No le están haciendo la guerra a los movimientos sociales, no le están haciendo la guerra a ninguna casta, le están haciendo la guerra a miles de estómagos vacíos. Ustedes que tienen un león cantor, van a despertar un león que no ruge sin morder. Van a despertar gente dispuesta a dejarlo todo por el pan de los pobres.

A todos los “argentinos de bien”, no dejen que las familias que pasan hambre se destruyen por dentro, no dejen que sus hijos caigan en la droga, en el crimen o el narco, que mueran por llevarse un kilo de cobre de un cable, luchen por el más elemental de los derechos humanos. Luchemos por el pan.

A mis hermanos y hermanas, a defender a los pibes y los abuelos, en cada barrio, calle, en cada ruta, en cada puente, en cada centro de acopio rebosante de comida, a los que le robaron el salario social complementario y las obras en sus barrios ¡Levántense! ¡Luchen! Es su derecho y nuestro deber.

Hasta que no haya pan para los pobres, que no puedan dormir los hambreadores.

Juan Grabois - 23 de mayo de 2024

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