Proyecto en Marcha: América Latina trabaja en su primer satélite meteorológico con la participación destacada de Argentina

Este proyecto, de gran envergadura y alcance regional, tiene como objetivo fundamental proporcionar información vital sobre el clima en el continente latinoamericano, una tarea que hasta ahora había estado en manos de agencias extranjeras.

Interés General21/08/2023TELEDIARIO.COM.ARTELEDIARIO.COM.AR

En un esfuerzo colaborativo que involucra a varios países de la región, Argentina se encuentra en la vanguardia del diseño, desarrollo y operación del primer satélite meteorológico propio de América Latina. Este proyecto, de gran envergadura y alcance regional, tiene como objetivo fundamental proporcionar información vital sobre el clima en el continente latinoamericano, una tarea que hasta ahora había estado en manos de agencias extranjeras.

Expertos provenientes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) resaltan que este paso brindará a la región una mayor autonomía y "soberanía" para enfrentar los retos y consecuencias derivados del cambio climático.

Esta colaboración incluye a países como Brasil y Costa Rica, así como la participación de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La intención detrás del proyecto es el desarrollo de satélites geoestacionarios especializados en meteorología, diseñados para adaptarse a las particularidades climáticas de América Latina. Actualmente, los satélites operativos en la región son proporcionados por países del hemisferio norte, lo que puede limitar su pertinencia y precisión para las necesidades locales.

En palabras de Luciano Vidal, investigador del SMN, contar con un satélite propio resulta fundamental para garantizar la soberanía y generar datos específicos para la región. Algunos de los satélites en uso, bajo la administración de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA, responden primordialmente a las prioridades del hemisferio norte, lo que puede relegar a un segundo plano las necesidades climáticas y meteorológicas del sur.

Laura Frulla, gerente de Observación de la Tierra en la CONAE, destaca que los satélites geoestacionarios existentes están diseñados para enfrentar problemas característicos del hemisferio norte. En momentos de eventos extremos, como la temporada de huracanes en el norte, estos satélites pueden reducir la cantidad de información transmitida.

Los satélites en cuestión poseen sensores especializados para monitorear variables como la nubosidad, la humedad atmosférica y la actividad eléctrica en tormentas. La discusión sobre la creación de un satélite propio para América Latina se inició en 2018. El proyecto se lleva adelante en colaboración con la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE), una entidad internacional establecida en 2021 para coordinar la cooperación espacial entre países de la región.

Este año, un grupo de trabajo se reunió en Buenos Aires para definir los intereses y necesidades de la región, contando con la participación del SMN, la CONAE, el Ministerio de Ciencia argentino, la WMO, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (INPE) de Brasil y la Universidad de Costa Rica. La tarea que sigue involucra la conformación de un equipo multidisciplinario para abordar no solo el diseño y lanzamiento del satélite, sino también la infraestructura terrestre necesaria para operarlo.

Se busca extender la colaboración a otros países de la región, como Chile, Paraguay, México y Colombia, con el fin de incrementar tanto la financiación como la diversidad de capacidades técnicas.

Laura Frulla enfatiza que en América Latina existen capacidades muy variadas en el ámbito espacial. Algunas instituciones se dedican al procesamiento de datos, mientras que otras cuentan con satélites pero no con la capacidad de operarlos. La visión detrás del proyecto es involucrar a una amplia gama de naciones en la construcción de instrumentos y el desarrollo de productos que impulsen la independencia tecnológica de la región.

Este proyecto de integración y desarrollo no solo fomenta la colaboración entre naciones latinoamericanas, sino que también persigue la meta ambiciosa de dotar a la región con su propio sistema satelital para el monitoreo de fenómenos climáticos. Esto permitirá a los países de América Latina contar con información autónoma y reaccionar de manera más efectiva ante eventos climáticos extremos, cuya frecuencia e imprevisibilidad van en aumento.

Este esfuerzo conjunto empoderará a las naciones de la región con el poder de tomar decisiones fundamentadas en datos, una herramienta esencial para adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático, concluyó Luciano Vidal.

EN ORSAI.-

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