Presionada por las múltiples convocatorias, la CGT le muestra los dientes al Gobierno: marcha con jubilados y DDHH contra cepo a paritarias

La "mesa chica" ampliada de la central reunió hoy a una treintena de dirigentes, entre ellos Héctor Daer y Hugo Moyano. Presionada por su propia interna y la decisión de las hinchadas de acompañar la marcha de los jubilados resolvió ir a esa protesta y avanzar en una escalada de conflictos con el Gobierno para oponerse al plan oficial de "paritarias cero".

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La "mesa chica" ampliada de la central reunió hoy a una treintena de dirigentes, entre ellos Héctor Daer y Hugo Moyano. Presionada por su propia interna y la decisión de las hinchadas de acompañar la marcha de los jubilados resolvió ir a esa protesta y avanzar en una escalada de conflictos con el Gobierno para oponerse al plan oficial de "paritarias cero". 

La CGT salió este martes de un letargo que arrastraba desde fin de año para anunciar que acompañará el miércoles la marcha de los jubilados, a tono con las hinchadas de fútbol, al igual que la movilización del 24 de marzo con las organizaciones de derechos humanos. También resolvió otros gestos de advertencia hacia el Gobierno como la convocatoria a su Consejo Directivo el 20 de marzo como paso previo a la reanudación de medidas de fuerza. Los pasos, resueltos por una "mesa chica" ampliada a una treintena de sindicatos, tienen como telón de fondo un diálogo infructuoso con la administración libertaria y la certeza de que Javier Milei forzará la supresión de las paritarias más temprano que tarde, tal como anticipó en exclusiva El Destape. 

Las disposiciones surgieron de una reunión en la sede del gremio estatal UPCN con la participación de Héctor Daer y buena parte de líderes de los sindicatos que integran la conducción e incluso de Hugo Moyano, cada vez más alineado con la estrategia de los "gordos" de las grandes organizaciones de servicios y los "independientes" de buen diálogo con todos los gobiernos. El clima en CGT con el Ejecutivo venía turbio desde el 31 de enero cuando una resolución del área de Salud provocó un traspaso masivo de afiliados de las obras sociales sindicales hacia las prepagas. 

La decisión más urgente fue la de acompañar la movilización de los jubilados. La "mesa chica" debió tomarla tironeada por sectores internos que ya habían anticipado su determinación de hacerlo incluso si la CGT le daba la espalda a una nueva manifestación, como las de cada miércoles, y que en cada oportunidad sufrió la represión de las fuerzas federales de seguridad al mando de la ministra Patricia Bullrich. Este martes se habían anticipado los dos sellos en los que está dividida la representación de los sindicatos del transporte, CATT y Ugatt, con una resolución conjunta de adherir a la protesta con afiliados propios. Incluso el ferroviario Omar Maturano le dijo a El Destape Radio que notaba "una CGT muy pasiva" y que consideraba necesario que los gremios se enojaran "un poquito más". 

La cúpula de la central carecía de margen para ir en otra dirección. A pesar de que los sectores dialoguistas del Gobierno, representados por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el secretario de Trabajo, Julio Cordero y el asesor plenipotenciario Santiago Caputo les hicieron saber a los dirigentes en varias oportunidades su interés por montar una mesa de diálogo e incluso de carácter tripartito con las principales cámaras patronales, los ministros de Economía, Luis Caputo, y de Desregulación, Federico Sturzenegger, mostraban avances en sentido contrario, con paritarias a la baja y medidas de debilitamiento de los gremios, respectivamente. 

Con amenazas concretas sobre sus mayores pilares de poder (obras sociales, negociaciones colectivas y capacidad de recaudación) los dirigentes se convencieron que tenían poco para perder si abandonaban su habitual ánimo dialoguista y lo cambiaban por una iniciativa de confrontación. Así, al cabo de la reunión en UPCN dieron a conocer un cronograma que incluirá la marcha del miércoles, la participación al día siguiente en un plenario de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la central de organizaciones piqueteras peronistas; el 20 de marzo, la primera reunión del Consejo Directivo en lo que va del año, con chances concretas de anuncio de un nuevo paro, y el 21 un encuentro con organismos de derechos humanos para acordar su participación en el acto conmemorativo por el 49 aniversario del último golpe de Estado, el 24 de este mes. 

Tiempistas al fin, los gremialistas también interpretaron que era un momento propicio para tensar con Javier Milei en medio del deterioro de su imagen tras el escándalo por la criptoestafa de $Libra y cuando el peronismo busca frustrar los decretos de necesidad y urgencia con los que el oficialismo busca validar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, por un lado, y sostener en la Corte a Manuel García Mansilla y a Ariel Lijo (aunque este último goza de popularidad en la "mesa chica"). Aunque no prevén asistencia masiva en la Plaza Congreso la sola enunciación de apoyo institucional actuará como señal de belicismo hacia el Gobierno. 

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