El presidente estafador decreta una Corte Suprema a dedo

Cuando debería estar enfrentando un juicio político por ser el organizador de la criptoestafa, el presidente Javier Milei designó por decreto a Ariel Lijo y a Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema. El estafador quiere una justicia adicta para garantizar su impunidad y la de su camarilla, y usarla a gusto y piacere como un instrumento más para impulsar la ofensiva de los capitalistas contra los trabajadores.

Milei avanza en este sentido a solo tres días del inicio de las sesiones ordinarias del Congreso. Entre sus objetivos se encuentra obtener una mayoría propia en la Corte y asegurarse la impunidad en un momento en el que las denuncias por su participación en la criptoestafa se multiplican. Es probable que, mediante todo tipo de maniobras, negociaciones y acuerdos, busque refrendar estas designaciones en el Congreso.

Lijo cuenta con un extenso prontuario como garante de la impunidad. Así como favoreció a Cristina Kirchner al manipular los tiempos de la investigación sobre el financiamiento de su campaña electoral de 2007, también ha manejado los plazos de la causa Correo Argentino en beneficio de la familia Macri.

Mansilla, por su parte, es un hombre del Opus Dei y un declarado enemigo del aborto legal, al que considera un delito. Además, es un lobista al servicio de la burguesía petrolera y un promotor de la explotación offshore en el Mar Argentino.

Con esta avanzada totalitaria, el gobierno busca reforzar un régimen de agravios permanentes contra los trabajadores. Juicio político. Fuera Milei.

PRENSA OBRERA.-