La extraordinaria genética de un grupo de mujeres con un “superpoder” para el buceo extremo

En un nuevo estudio, se ha profundizado en las mujeres de una isla que, siguiendo una tradición local, desempeñan el trabajo de bucear para recolectar alimentos del fondo marino.

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Estas mujeres son las haenyeo. Se dedican, a menudo durante toda su vida, a bucear en las aguas de la isla de Jeju, a 80 kilómetros al sur del territorio continental de Corea del Sur. Se sumergen a unos 20 metros de profundidad para recolectar algas, abulones y otros alimentos del fondo marino, y cada día del año pasan horas en el agua.

Durante cientos de años, el buceo haenyeo fue un elemento básico de la economía y la cultura de Jeju, aunque la práctica está disminuyendo. Hoy, la mayoría de las mujeres buceadoras tienen entre 60 y 70 años.

En el nuevo estudio, se ha confirmado que estas mujeres poseen diferencias genéticas con respecto a las normales que ciertamente pueden hacerlas merecedoras del comentario coloquial de que tienen un “superpoder”.

Esas diferencias genéticas parece que las ayudan a sobrevivir al intenso estrés fisiológico de la práctica de la inmersión profunda en apnea (sin botella de oxígeno, simplemente llenándose de aire los pulmones antes de zambullirse y aguantando la respiración hasta emerger de nuevo).

El análisis genético también ha hallado en esas mujeres cambios relacionados con la presión arterial y la tolerancia al frío.

"Son mujeres absolutamente extraordinarias", afirma Melissa Ilardo, profesora adjunta de informática biomédica en la Facultad de Salud de la Universidad de Utah (Estados Unidos) y coautora del estudio. "Todos los días, salen y se meten en el agua, y ahí es donde trabajan todo el día. He visto a mujeres de más de 80 años tirarse de un barco antes incluso de que dejara de moverse".

Para averiguar si la capacidad de buceo de las Haenyeo se debe a diferencias genéticas, los investigadores midieron variables fisiológicas relacionadas con la capacidad de buceo, como la presión sanguínea y la frecuencia cardiaca. A continuación secuenciaron el ADN de las participantes y encontraron dos cambios relacionados con la fisiología del buceo que podrían dar a las haenyeo ventajas importantes bajo el agua. 

Las buceadoras haenyeo tienen más de cuatro veces más probabilidades que las coreanas continentales de poseer una diferencia genética asociada a una menor presión arterial durante el buceo. Los investigadores creen que esta diferencia podría proteger a las buceadoras, así como a sus fetos durante el embarazo.

La contención de la respiración no solo limita el suministro de oxígeno del cuerpo, sino que también aumenta la presión arterial durante la inmersión.

Los investigadores especulan que si el cambio genético ayuda a reducir la presión arterial, ello podría resultar providencial para las Haenyeo. Estas mujeres bucean durante todo el embarazo y deben evitar trastornos de la tensión arterial como la preeclampsia, que puede ser mortal. "Esto no es algo que todos los humanos o todas las mujeres sean capaces de hacer", afirma Diana Aguilar Gómez, investigadora postdoctoral en biología evolutiva de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) y coautora del estudio. "Es como si tuvieran un superpoder".

Una segunda diferencia genética está relacionada con la tolerancia al dolor, concretamente al dolor causado por el frío. Las temperaturas del aire en la isla de Jeju descienden hasta el punto de congelación en invierno, pero las Haenyeo no dejan de bucear.

El equipo no midió la tolerancia individual al frío, por lo que no puede decir si el cambio que observan puede ser importante para la capacidad de las Haenyeo de bucear durante todo el año. Pero tienen previsto investigar más a fondo la diferencia en futuros trabajos.

Las diferencias genéticas que podrían potenciar la capacidad de bucear se encuentran en toda la población de la isla de Jeju. Pero gran parte de lo que hace especiales a las Haenyeo procede de toda una vida de práctica. Los investigadores saben desde hace tiempo que cuando alguien bucea (entrenado o no, Haenyeo o no) su ritmo cardiaco desciende de forma refleja para conservar oxígeno durante más tiempo.

Para una persona sin entrenamiento de la isla de Jeju, el ritmo cardiaco disminuye unas 20 pulsaciones por minuto en el transcurso de una inmersión simulada. Para las haenyeo con toda una vida de experiencia en el buceo, la frecuencia cardiaca desciende el doble o casi.

Los investigadores esperan que el descubrimiento de una diferencia genética relacionada con la tensión arterial sirva para mejorar el tratamiento de problemas graves de salud relacionados con la hipertensión.

Significativamente, la isla de Jeju tiene una de las tasas más bajas de mortalidad por ictus de toda Corea del Sur, lo que aumenta la posibilidad de que el cambio genético ayude a proteger contra el derrame cerebral, tal como argumenta Ilardo.

El estudio se titula “Genetic and Training Adaptations in the Haenyeo Divers of Jeju, Korea”. Y se ha publicado en la revista académica Cell Reports. (Fuente: University of Utah)

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