Sospechoso apuro en la causa por el atentado a CFK: buscan elevar el caso a juicio cuando surgen nuevos nexos con Revolución Federal

Los abogados de CFK justo habían pedido profundizar en la línea de Revolución Federal y Milman y presentaron nuevos elementos de prueba.

Politica 12/03/2023 TELEDIARIO.COM.AR TELEDIARIO.COM.AR

La jueza María Eugenia Capuchetti y la Cámara Federal porteña pretenden que se eleve a juicio con premura el caso del atentado a CFK. El fiscal Carlos Rívolo se opuso porque están pendientes medidas de prueba muy importantes. Los abogados de CFK justo habían pedido profundizar en la línea de Revolución Federal y Milman y presentaron nuevos elementos de prueba.

La jueza María Eugenia Capuchetti y la Cámara Federal porteña pretenden que se eleve a juicio con premura el caso del atentado a CFK. Buscan hacerlo justo cuando surgen nuevos nexos entre los detenidos por el ataque a la vicepresidenta y la violenta organización Revolución Federal y resta realizar importantes medidas de prueba.

La intención de elevar la causa a juicio, es decir cerrar la instrucción en lo que hace a los autores materiales del atentado, y la aparición de un vínculo no explorado entre Brenda Uliarte y Revolución Federal coincidieron temporalmente:

El 8 de marzo, los abogados de la vicepresidenta presentaron un escrito en el que resaltaron que la testigo Brenda Lara Abigail Ortega “habría mantenido conversaciones con Brenda Uliarte antes del atentado contra Cristina Kirchner”. Para los letrados “esto es importante porque muestra un nexo entre Revolución Federal y Uliarte que va más allá de la presencia de esta última en las manifestaciones de la agrupación”. “Además, de la pericia efectuada sobre el celular de Uliarte surgió que ella y Ortega habían tenido una conversación a través de Instagram”, resaltaron los abogados de Cristina, Marcos Aldazábal y José Ubeira. Según declaró Ortega, Brenda Uliarte, “cuando pasó lo del atentado, mandó un mensaje a la cuenta de Revolución Federal, preguntando si lo habían hecho bien”. En el mismo escrito, lo abogados de CFK resaltaron la necesidad de avanzar en la línea Milman.
 
El mismo 8 de marzo, los tres jueces nombrados por Mauricio Macri en la cámara porteña, Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens pidieron elevar a juicio el caso del atentado. Los dos primeros, puestos a dedo por Macri en ese tribunal, reclamaron que “frente a la situación de detención de los imputados y el estado de la investigación a su respecto, se proceda con la celeridad que el caso requiere a fin de avanzar en el estadio procesal”. Llorens fue más directo: dijo que “luce inadmisible que no se haya elevado a juicio el hecho principal cuando la investigación a su respecto se encuentra agotada y con sus imputados en detención preventiva”.
 
Al día siguiente, el 9 de marzo, luego de que la jueza Capuchetti se hiciera eco de lo planteado por la cámara, el fiscal Carlos Rívolo, que tiene delegada la investigación, se negó a elevar la causa a juicio porque aún quedan importantes medidas de prueba por tomar. Por ejemplo, falta conocer el resultado de un nuevo peritaje que se hizo al celular que Fernando Sabag Montiel tenía el día del ataque. Se trata del joven que gatilló a centímetros de la cabeza de la vicepresidenta. También se está haciedno un entrecruzamiento de los análisis telefónicos de todos los procesados del caso Revolución Federal y los del atentado.

¿Por qué tanto apuro de Capuchetti y la Cámara porteña en elevar el caso a juicio? Falta hasta la resolución de la situación procesal del jefe de los “copitos” Gabriel Carrizo a quien se le amplió la indagatoria el pasado 31 de enero. “El procesamiento que, de acuerdo con el artículo 306 CPPN, debería realizarse al término de diez días nunca llegó”, remarcaron los abogados de CFK en otro escrito que presentaron el pasado 8 de marzo. La querella se tomó de esta demora para volver a criticar la polémica actuación de la jueza: “Como hemos visto a lo largo de este proceso, la magistrada no tiene mucho apego por la ley”. “La jueza ha devastado la investigación, tal vez irremediablemente. Esperamos que no y, por eso, le solicitamos que haga lo poco que tiene que hacer”, añadieron respecto a Capuchetti, que delegó la investigación en el fiscal. Pero ahora la magistrada se alinea con la cámara para cerrar el caos cuanto antes.

También resta se le tome declaración testimonial Maira Marisol Mansilla Cuadros, la supuesta novia de Carrizo, quien según la querella apareció repentinamente en el caso y podría ser una testigo relevante. Fue citada por Rívolo para el próximo 15 de marzo.

Nuevos nexos de los atacantes de CFK con Revolución Federal
En la presentación del 8 de marzo que hicieron los abogados de CFK se resaltó un nexo no explorado de Brenda Uliarte –procesada y detenida en el caso del atentado- con Revolución Federal.

Brenda Lara Abigail Ortega fue citada a prestar declaración testimonial en la causa del atentado contra CFK por una serie de mensajes que se detectaron en la causa de Revolución Federal, que se investiga de forma paralela en el juzgado que comanda el juez Marcelo Martínez de Giorgi. “De esos mensajes surgía que Ortega habría mantenido conversaciones con Brenda Uliarte antes del atentado contra Cristina Kirchner. Esto es importante porque muestra un nexo entre Revolución Federal y Uliarte que va más allá de la presencia de esta última en las manifestaciones de la agrupación”, remarcó la querella. Y añadió: “En los mensajes, una persona identificada como ‘Dalila’ le comunicó a Leonardo Sosa (NdR: cofundador de Revolución Federal) que Uliarte y Ortega habían conversado, a lo que Sosa respondió que sabía y que se había dicho también en un grupo de mensajería”.

Según Aldazábal y Ubeira, “además, de la pericia efectuada sobre el celular de Uliarte surgió que ella y Ortega habían tenido una conversación a través de Instagram. Ortega dijo que intercambió mensajes con Uliarte luego de comentarle una historia de Instagram, luego de que la aquí imputada se hiciera ‘viral’ por una entrevista en Crónica”.

Otra de las novedades es que Ortega afirmó que Uliarte, “cuando pasó lo del atentado, mandó un mensaje a la cuenta de Revolución Federal, preguntando si lo habían hecho bien”. Dijo que “en el mensaje refería algo similar a que lo hecho ‘no tenía alas’”. Esos mensajes se enviaron desde la cuenta juanargento. La Unidad Especializada en Ciberdelincuencia del Ministerio Público Fiscal (UFECI) está intentando detectar quién se encuentra detrás de esa cuenta.

Los abogados de Cristina destacan que “de la declaración de Ortega surgen varias cuestiones. Una es el mensaje que refiere que Uliarte habría mandado a Revolución Federal. El mensaje, como se ve, no fue enviado desde la casilla de Uliarte. Esto implica que lo más probable es que alguien de Revolución Federal supiera y le haya dicho a Ortega que ese usuario pertenecía a Uliarte”, analizan los letrados.

En base a esta línea investigativa, la querella solicitó a los investigadores que “a fin de profundizar acerca del conocimiento que Revolución Federal tenía de Brenda Uliarte, es necesario convocar a ‘Dalila’”. Ocurre que Ortega “habló con Dalila sobre su conversación con la imputada. Además, ‘Dalila’ podría aclarar de qué modo los integrantes de Revolución Federal identificaron al usuario juanargento con Brenda Uliarte”, precisaron desde la querella. No obstante, al menos por ahora, el fiscal rechazó la citar a Dalila.

Curiosidades de un caso donde la Justicia parece siempre ir varios pasos detrás: cuando declaró, Ortega contó que le robaron el celular dos semanas antes de prestar testimonio. “La pérdida o borrado de celulares han sido una constante en esta causa. Los testigos Carrol, Bohdziewicz y Gómez Mónaco dieron  las mismas excusas cuando la posibilidad de aportar su celular se concretizó”, señaló la querella en referencia a las asesoras de Gerardo Milman y a quien Sabag Montiel pidió que le consiga un abogado privado.

Los abogados de CFK pidieron que por las posibles vinculaciones entre Revolución Federal y el atentado “se realice un entrecruzamiento entre todo el contenido en bruto de los celulares secuestrados en estas actuaciones y los secuestrados en la causa CPF 3103/2022”, que es donde se investiga a la organización violenta. El fiscal Rívolo explicó que esto ya fue pedido por su colega Gerardo Pollicita a la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a las Investigaciones Penales del MPF (DATIP) en el caso de Revolución Federal y que cuando se tenga el resultado en todo caso se pedirá que el material sea compartido.

¿Es disparatado sospechar de un vínculo entre Revolución Federal y los atacantes de CFK? No. No solo Brenda Uliarte participó de uno de los actos de esa violenta organización, el realizado el 18 A.

Uno de los cofundadores de Revolución, Jonathan Morel, relató cómo mataría a CFK y fue casi un calco de lo que hizo Sabag Montiel: “Hoy por ejemplo veía como Cristina saludaba a La Cámpora y a la militancia y decía: 'lástima que a mí ya me conocen la cara porque sino sabes cómo me infiltro ahí una semana y espero que baje'. Pero yo te juro. Si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora yo voy te canto ahí la marcha peronista siete días seguidos y en cuanto puedo pasa a la historia. Después me linchan. Pero pasa a la historia”. Morel hizo este relato en una conversación pública que organizó en Twitter bajo el título “Hay que pudrirla?”. Fue el 26 de agosto, 6 días antes del atentado contra Cristina.

Sabag Montiel fue justamente un infiltrado que estuvo varios días entre las personas que se acercaron a saludar a la vicepresidenta y cuando vio el momento se acercó y le gatilló en la cabeza. Apenas un día antes del esa declaración de Morel se había dado el primer intento de asesinato que fue abortado según se desprende de la investigación judicial. ¿Casualidad?

e hecho, tanto el juez como el fiscal del caso Revolución Federal consideraron que la investigación sobre la violenta organización debía tramitar de manera conexa a la del atentado. Sostienen que el ataque contra CFK fue el punto culminante de una serie de agresiones a dirigentes políticos que había comenzado en mayo de 2022. Esta posición chocó contra la voluntad de Capuchetti y cuando el diferendo escaló a la cámara porteña se resolvió que las pesquisas tramiten por separado.

La novia de Carrizo: ¿un eslabón perdido?.

Apareció en escena una persona que hasta el momento no estaba en el foco de atención. Se trata de Maira Marisol Mansilla Cuadros, quien sería pareja de Carrizo. Su nombre surgió porque el detenido cuando pidió ser beneficiado con la modalidad de la prisión domiciliaria la ofreció como garante. “Si bien habrían fortalecido su vínculo cuando Carrizo ya estaba preso, según explica su defensa, el imputado y Mansilla Cuadros se conocerían hace años, habrían frecuentado los mismos ambientes y hasta habrían pasado días juntos antes de la detención de Carrizo. Esta repentina aparición de Mansilla Cuadros es más que llamativa. La defensa de Carrizo, que ha convocado a numerosos testigos para explicar qué hizo su asistido en los días que rodearon al atentado, nunca propuso la declaración de Mansilla Cuadros”, resaltaron los abogados de CFK y pidieron que se la llame como testigo. El fiscal Rívolo hizo lugar al planteo. La citó para el 15 de marzo.

La querella sostuvo que si tal como surge de la causa, convivió con Carrizo “después del atentado, es sumamente extraño que no haya sido llamada a declarar ni haya sido mencionada por ninguno de los testigos”. Otro dato curioso es que el informe realizado por la PSA acerca de las comunicaciones de Carrizo, Mansilla Campos no figura entre los contactos con los cuales existieron más de 3500 eventos.

“Si pasó días con Carrizo luego del atentado es necesario que declare acerca de las actividades del imputado. Además, si frecuentaba sus mismos círculos por años, seguramente pueda brindar información sobre Sabag Montiel y Brenda Uliarte”, agregaron los abogados de la vicepresidenta.

La línea Milman.

La querella también resaltó el pasado 8 de marzo que “en cuanto a la línea Milman, si bien aún aguardamos el resultado de la pericia sobre los celulares de Ivana Bohdziewicz y Carolina Gómez Mónaco, se han acumulado elementos de convicción relevantes”.

Entre ellos, se refirió al mensaje que el diputado nacional Marcos Cleri exhibió en su declaración testimonial, del que se desprende que su colaborador Jorge Abello le comunicó “lo que había escuchado solo una hora y media después del atentado. Lógicamente, esto aumenta notablemente la credibilidad del testigo”, planteó la querella. ¿Qué había escuchado? En el bar Casablanca, que está frente al Congreso, cuando fue a comer su cuñado Abello escuchó a Gerardo Milman, que estaba sentado en la mesa de al lado, decir “cuando la maten yo estoy camino a la costa”. Fue en la previa al ataque de CFK. Eso que escuchó se lo había enviado por mensaje a Cleri. Con este marco, los abogados Aldazábal y Ubeira pidieron que se vuelva a citar a Abello como testigo ya que cuando fue la primera vez la jueza Capuchetti casi no le hizo preguntas y cuando Rívolo lo volvió a convocar el asesor estaba con problemas de salud.

Este jueves el fiscal descartó llamarlo nuevamente a Abello. ¿La razón? Que fue denunciado por Milman por falso testimonio y se le armó un expediente paralelo en otro juzgado. Con aquella denuncia, el diputado de Cambiemos logró su cometido: inhabilitar al testigo que lo compromete. No obstante, el fiscal le aclaró a los abogados de CFK que ordenó medidas referidas a lo que dijo Abello que están en pleno trámite.

¿Elevación a juicio? Contrapunto entre Rívolo y Capuchetti.

Todas estas novedades, que se dieron entre miércoles y jueves, ocurren en simultáneo a un contrapunto entre la jueza Capuchetti y el fiscal Rívolo respecto a la elevación a juicio del caso, que tuvo como disparador una resolución de la Cámara Federal porteña del miércoles que remarca que la causa del atentado se debe cerrar con premura.

Este último jueves, el fiscal Rívolo hizo una especie de ultimátum a Capuchetti, quien se hizo eco del planteo de la cámara: le dijo que si no está de acuerdo con su instrucción, la jueza puede volver a tener el mando de la pesquisa, que le delegó de forma arbitraria mucho tiempo después de haberse iniciado la investigación, algo que no es para nada habitual. Textualmente, el fiscal le dijo a la jueza “que, de no compartir las medidas de prueba, sus plazos de producción en la presente o aun discrecionalmente –como sucedió al momento de delegar el caso en su oportunidad-, V.S. se encuentra facultada para reasumir la investigación”.

En su escrito, Rivolo resalta que restan resultados de medidas importantes y que no puede cerrar la instrucción y elevar la causa a juicio: “Se están produciendo y llevaron adelante numerosas diligencias y medidas de prueba que esta Fiscalía consideró indispensables para el pronto avance y conclusión de la instrucción”. Y explicó algo obvio: que se está peritando nuevamente el celular de Sabag Montiel y que obtener su contenido es central para esta etapa de la causa. “Corresponde destacar que, entre esas medidas, esta parte solicitó realizar un nuevo peritaje sobre el teléfono celular secuestrado -ni más ni menos- que al imputado Fernando André Sabag Montiel al momento de su detención, instantes después de cometer el hecho por el que se encuentra procesado con prisión preventiva. No puede ignorarse la importancia que reviste poder acceder al contenido de ese dispositivo en la etapa instructoria”, resaltó Rívolo.

El fiscal también le recordó a la magistrada que le delegó la investigación de forma “llamativa” dado “el particular estadío procesal en que se encontraba la pesquisa”.

Está claro que este conflicto estalla cuando aparecen indicios de una posible relación entre Brenda Uliarte y Revolucion Federal y resta producirse prueba clave.

El atentado y la ruptura del pacto democrático.

Este viernes, durante una exposición en la Universidad de Río Negro, donde se le otorgó un doctorado Honoris Causa, Cristina hizo referencia al atentado en su contra. Dijo que odió ser protagonista del ataque que sufrió el 1 de septiembre del año pasado. Cristina aseguró que aquel día se rompió el pacto democrático que se construyó a partir del 30 de octubre de 1983, que era “el pacto de que no se podía ni siquiera pensar en que la supresión del adversario era la supresión de la vida, que se lo podía eliminar. Esto era algo que estaba absolutamente convalidad por la sociedad. Sin embargo, ese 1 de septiembre eso se rompió”.

También ubicó el atentado en un contexto: “Si uno mira lo que pasó a partir del año 2015 en realidad casi observa como una secuencia lógica lo de ese 1 de septiembre”. Recordó también el ataque a pedradas que sufrió su despacho en el Congreso, en marzo del año pasado, “sin que interviniera ninguna fuerza de la ciudad ni ninguna federal”.  “La misma jueza que instruyó la causa es la que instruyó la causa… (del atentado)”, recordó.

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